Aunque siempre me ha parecido que priorizar es importante, creo que ahora lo es todavía más, dados los tiempos en que vivimos.
Priorizar no es únicamente decidir qué tareas voy a realizar primero a lo largo del día. Esta faceta es la más obvia, e indudablemente muy efectiva para usar eficientemente las horas del día, aunque a lo que me estoy refiriendo es a algo mucho más profundo, a cómo discernir y priorizar qué deseamos realmente en nuestras vidas. Cada uno de nosotros es diferente, y por tanto lo serán sus gustos y preferencias.
El secreto de la felicidad es alinear nuestro verdadero ser, aquello que somos en realidad, con las tareas que vamos a realizar a lo largo de nuestras vidas. Cuanto antes priorice correctamente aquello que me hace feliz. -y luego pase a la acción-, antes conseguiré disfrutar profunda y plenamente de la vida.
Casi todos nosotros hemos tenido, si no durante toda nuestra vida al menos en gran parte de ella, el pensamiento de trabajar duro para comprarnos cosas que creemos nos harán sentirnos mejor. Creo que también casi todos hemos experimentado que esa euforia inicial se ha marchitado rápidamente y hemos vuelvo a nuestro estado emocional previo. Si lo meditas, seguro que encuentras numerosas ocasiones: cuando te compraste ropa nueva, un piso más grande, un coche nuevo, etc.
Mi propósito con este mensaje es fomentar la reflexión de en qué estamos gastando nuestro tiempo y nuestro dinero. Seguimos dedicando gran parte de nuestros ingresos al gasto superfluo y no a la inversión. Invertir en uno mismo es la mejor de las inversiones y decisiones que podemos tomar. Invierte en formación, e invierte en prácticas y herramientas que te permitan por ti mismo ser feliz y disfrutar plenamente de la vida. Date esa oportunidad, porque te la mereces.
¡El que piense que la formación es cara, que pruebe la ignorancia!
Con mis mejores deseos de salud, amor, bienestar y prosperidad,
Santiago