Las palabras tienen mucha más importancia de la que nos podamos imaginar. Las palabras, al igual que los pensamientos, tienen energía, por lo que estamos atrayendo a nuestra vida, -nos demos cuenta de ello o no-, todo aquello que pensamos o decimos.
No para de sorprenderme la cantidad de personas que utilizan expresiones nada beneficiosas para quien las dice como “me está matando”, “me he dado una paliza”, “va a acabar conmigo”, “me está volviendo loco”, etc. Si queremos disfrutar de una vida plena y satisfactoria, no sólo debemos vigilar la calidad de nuestros pensamientos, sino también la de nuestras palabras. Cuanto mayor sea su calidad, más contribuiremos a disfrutar de la vida que deseamos.
Dedica unos minutos cada día a estudiar la calidad de los pensamientos y palabras que utilizas. Escríbelos en un cuaderno, y fácilmente encontrarás áreas a mejorar en tu vida.
¡Conviértete en el arquitecto de tu vida!
Santiago