Asumir que somos responsables de todo lo que nos sucede en nuestras vidas, además de que por lo general nadie nos lo ha dicho, es algo que cuesta aceptar. Solemos darnos el mérito por todo lo bueno que ocurre en nuestras vidas y al mismo tiempo echar balones fuera por todo lo que no nos gusta. Es decir, sólo nos aceptamos responsables de la mitad de nuestra realidad.
Para poder cambiar algo primero hay que aceptarlo, por lo que si no aceptamos que somos creadores de toda nuestra realidad, entonces no seremos capaces de cambiar aquellas facetas dentro de ella que no nos gustan o convienen menos.
Hay una frase que me gusta mucho que dice: “el secreto de la felicidad es la libertad, y el de la libertad, el valor”. Todos somos libres, ejerzamos o no esa libertad. Pero ser libre requiere valor, porque supone pensar por nosotros mismos, tomar decisiones, y, más importante aún, llevarlas a cabo. Me sorprende cuántas personas, y con qué frecuencia, se quejan de lo mal que está todo en lo económico, político o social, pero qué pocas dan el primer paso de ser el cambio que quieren ver. Si todo el mundo se queda de brazos cruzados, por muy enfadados que estuviéramos todos, ¿cómo va a ser este mundo un lugar mejor donde vivir y disfrutar de la vida?
Creo que es importante tener presente que hay tres tipos de personas. Están los que esperan de brazos cruzados su oportunidad, están los que buscan su oportunidad, y están los que crean su oportunidad. ¿A qué categoría crees honestamente que perteneces? ¿Y a cuál te gustaría pertenecer?
Con mis mejores deseos de salud, amor, felicidad y abundancia,
Santiago
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