Cuando te encuentras inmerso en un camino de evolución personal, el camino ni es recto ni plano, sino que está lleno de curvas, bajadas y subidas. Con esto quiero decir que a veces, cuando estamos avanzando en un área de nuestra vida, habrá ocasiones en las que parece que hemos retrocedido en vez de avanzar por la forma en la que pensamos, actuamos, hablamos o simplemente por cómo responde nuestro ego.
Cuando te encuentres en una situación como la descrita, sé un observador de tus pensamientos y emociones, no te identifiques con ellos, y piensa que los hábitos y creencias son como el tigre. El tigre, al igual que el ego, siempre es peligroso, pero lo es aún más cuando está herido.
Todo aquello que deseas cambiar en tu vida y en lo que te encuentras inmerso se comporta de igual manera: cuando aquello que quieres mejorar se siente herido o acorralado, intentará dar un zarparzo.
La cuestión es que sus garras no te pillen sino que rompan el aire…
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